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Subterráneo
19.09.2018 Ensayo

 

 

I.

Cuando llega el momento de hacer la mudanza, la tarántula normalmente se echa de espaldas y empuja su propio cuerpo hacia arriba. Se trata de sacar al cuerpo de sí mismo. Hacer externo lo que se escondía tras la piel. La araña tiene que romper sus límites y reemplazarlos. Es un proceso solitario y silencioso, porque durante todo el rato, sus patas quedan suspendidas en el aire, no tiene con qué hacer ruido. Al principio es difícil darse cuenta de que está mudando porque todo parece normal,

pero la araña profunda ya no cabe en la superficial.

Por eso necesita despojarse de ese traje que la limita. Debajo de su esqueleto externo vibra uno nuevo, que en la oscuridad que lo resguarda todavía es blando. De ahí que soporte la presión de la armadura exterior. Repasemos: el esqueleto nuevo es un poco más claro y suave que el que ahora la protege pero más grande y poderoso.

La tarántula tiene que encontrar sus nuevos límites, diferenciarse del entorno incluso si el entorno es ella misma.

Nunca vas a entender cómo vive una tarántula.

Son casi ciegas, perciben el mundo por el tacto pero carecen de piel tal y como tú la entiendes. Lo que hay es un esqueleto endurecido. Cuando hablo de las tarántulas hablo de una resistencia basada en decir “hasta aquí llegas mundo”. Tú acabas donde yo empiezo. Antes de copular, las tarántulas golpean el suelo con sus patas y sus pedipalpos para asegurarse de la disponibilidad de la hembra. Es algo muy importante porque las opciones son dos: depositar el semen o ser alimento.

Por algún tiempo pensaste que las arañas escribían con su seda. Error: su escritura es el cuerpo.

 

II.

El crecimiento de las arañas requiere mucha paciencia: tienen que esperar la oportunidad precisa para romper su esqueleto y liberarse de él. Algunas veces, el remplazo incluye recuperar algún miembro lastimado en batalla o en una caída. Son animales capaces de recuperarse después de una autotomía. Si una extremidad deja de servir la arrancan desde la unión con el cuerpo, en donde hay una válvula (trocánter, se llama) que impide su muerte por deshidratación. Con la muda de esqueleto, los miembros perdidos vuelven a crecer.

Si fueras una tarántula, te gustaría guardar los cascarones de tu viejo cuerpo para consultar cómo sobreviviste a ciertos eventos.

Constatar cuáles partes habían quedado dañadas. Des-hacerte de ellas para re-hacerte de ellas.

Las tarántulas viven en una constante autoreproducción. Un reemplazamiento sin fin. Su cuerpo queda como documento de su experiencia pasada. Escritura. Capacidad de sanar infinita pero restringida. Una tarántula puede sobrevivir meses sin alimento o sin varias extremidades, pero una caída de una altura de 40 centímetros puede matarla. El vientre es débil.

Una de las palabras nahuas para referirse a las arañas (tocatl) tiene que ver, por su raíz etimológica, con los verbos sembrar y acompañar.

Su fortaleza proviene del endurecimiento de su cutícula por efecto de la luz, pero siempre que pueden la rehúyen.

 

III.

No es precisamente un proceso de clonación, porque la tarántula en sí continúa viva en el cuerpo nuevo y lo que deja atrás es una cáscara sin voluntad ni movimiento. Los días de mayor vulnerabilidad para el animal son los que tarda en endurecerse su piel. La tela que la separa del ambiente es blanda y frágil al principio.

Incluso un grillo pequeño podría matarla.

Abrir un orificio en el cuerpo de una tarántula significa una muerte pronta, sobre todo si se daña el área del abdomen. En sus patas hay más de treinta músculos destinados al movimiento. Pero su estructura muscular sólo conoce la retracción. Para estirar sus extremidades, el corazón de la tarántula bombea una mezcla de sangre y linfa.

Le llaman sistema hidráulico de locomoción.

Por eso las arañas muertas encogen sus patas. A falta de hemolinfa, los músculos se retraen. El líquido que la nutre y la oxigena es la que impulsa sus miembros a estirarse. Una forma sencilla de diferenciar entre una tarántula muerta y un esqueleto vacío es por la posición de las patas. Recuerdo que cuando eras una niña pequeña las piernas te dolían mucho en las noches.

Una voz desde el otro cuarto te decía que estabas creciendo.

Quizás un día amanecieron junto a ti unas piernas idénticas a las tuyas, pero ya secas y desprendidas de tus nuevos miembros. Algunas partes del cuerpo de la tarántula son albinas cuando acaban de liberarse. El color oscuro es parte del proceso de endurecimiento de la proteína que los recubre. Ahora que volteaste a ver tus piernas, notaste su color y ya no te sorprendió.

¿Recuerdas cuando empezaste a escribir?

Unos días antes de la mudanza, la tarántula será incapaz de comer porque una parte de su estómago se renovará junto con el exoesqueleto. No es que las tarántulas tengan problemas de identidad, los restos de muda aclaran la cuestión:

ésa de allá eres tú misma.

La prueba es que pudiste separarte y extender tus límites.

 

IV.

Después de que se rompe una parte del recubrimiento viejo, la tarántula tiene que estirar y contraer sus patas para irse sacando de encima el armatoste inútil. El proceso completo dura más de cuatro horas y la mayoría de los movimientos del bicho son minúsculos. Los videos que existen tienen que reproducirse a una velocidad cuatro veces mayor para apreciar el proceso de la ecdisis. Se pierden los detalles.

El esfuerzo.

A pesar de eso, pudiste reconocer el ritmo de las patas y el pedicelo. Series de tensión-relajación que te recordaron el relato de cuando tu madre dio a luz. No sería exagerado decir que lo más cercano al parto humano para una tarántula es la renovación de su esqueleto.

La misma sensación de alivio de expulsar algo que era parte de ti.

Las tarántulas son ovíparas pero varias veces a lo largo de su vida una tarántula sale de sí misma. La mudanza incluye quelíceros, pedipalpos, patas, filtros pulmonares, espermateca (sólo en las hembras), el recubrimiento de la faringe, el esófago y la bomba estomacal. ¿Qué dejas de tu cuerpo cuando escribes?

 

 V.

Las arañas son ajenas a las metamorfosis. Nunca devienen en otro ser, como los insectos. Las tarántulas jóvenes tienen ya las características que las distinguen en su vida adulta. Hay estimaciones de que las arañas aparecieron en la Tierra hace 360 millones de años. No tienen alas, no tienen antenas, ocho patas en vez de seis, cuerpo dividido en dos partes y no en tres.

Tú sientes que has estado en un mismo cuerpo toda tu vida.

Aun así escribes.

Cambia de cuerpo como lo hacen las tarántulas. Cuando lo hayas hecho sólo habrás revelado a la luz y al aire lo que también eras tú pero ya querías que fuera. No hay dos mudas iguales.

Nunca escribes la misma frase dos veces.

Archivar lo que te pasó limita el mundo exterior. El registro es una copia de lo que terminó de ocurrir. Inexacta siempre, pero comprometida a ser lo que se recordará.

Las tarántulas son infinitas porque su duplicación es sólo aparente.

Carcasa vacía.

Una escritura es cuerpo que perdió su volumen y se hizo superficie.

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