Tres poemas del libro El sueño de toda célula
El sueño de toda célula, de Maricela Guerrero, será publicado póximamente por Ediciones Antílope
Dátiles
Anda tú a saber de dónde una palmera de dátiles acá en estos días, en estos
extremos en el baldío de al lado: y la locura del viento y la lluvia: oronda la
palmera creciendo una vez una poeta argelina nos trajo una cajita de dátiles
dulces y brillantes también me pidió que me cuidara, la palmera de dátiles crece
y no parece añorar el desierto, no ostenta angustia y sí da frutos y se cuida como
si planteara una idea de huida y vuelta a la revolución de los dátiles, salir a las
calles a resistir, palmeras de dátiles en esta ciudad para decir que es posible la
revuelta y alimentar esperanzas impensadas en el mar en el desierto en la ciudad
en el palmar de Elche.
A unas horas de aquí, después de varias conexiones en aeropuertos se encuentran
Estambul y los países del Magreb:
Un dátil contiene 21 g de agua y vitamina C para resistir y alimentarse en el
desierto. La palmera datilera es edulcorante, setenta por ciento de toda ella es
azúcar. Dátil proviene de daktilos, dedos para apuntar estados y naciones que se
hallan en guerra y resistencia contra las extracciones de hidrocarburos y sangre:
con carbohidratos, potasio, hierro y fósforo, vitamina A, rivoflavina; la palmera
dactilera y su frutos resisten traslados e intercambios un dátil es posible y
necesario en la extranjería, quizá lo mismo que nopaleras en tierras asiáticas o
africanas, la biodiversidad que se resiente de traslados calculados en oficinas
agroeconómicas donde no hay voces que disientan: es extraño: qué haremos para
escuchar el disentimiento sin combatirlo si no dejarlo fluir como una experiencia
hermosa de permanecer aquí y ahora:
[estamos juntos y abrazamos el miedo, nos colgamos de las ubres de una loba
que nos alimenta y nos serena:
nos echa a su lomo y respiramos:]
Dátiles hervidos en leche limpian las vías respiratorias.
Dátiles llevados a la boca de los amantes son afrodisiacos.
Dátiles para resistir en
Canarias
Africa y Extremo Oriente
y en el baldío de al lado:
Reacciones metabólicas
Se trata de un tema de comunicación: agudezas de ingenio y oscuridad y luz e
intranquilidad: transformación producir azúcares sin resabios sin contaminantes.
Un contaminante es una sustancia que excede sus niveles: es decir que estaba ahí,
aunque todo tiene un límite y si se sobrepasa, acontecen eventos no deseados
excesos de azúcar, de dióxido de carbono, de ácidos, de azufre: sulfatos exceso
de agua en los pulmones no lo llamamos contaminación, pero parece:
inundaciones diques presas que ahogan pueblos: casas en nombre de compañías
constructoras, mineras sustractivas, excesos; en todo caso se trata después de
aclarar de volver a acomodar y no siempre salir huyendo.
[Vamos en el lomo de una loba bosque arriba.]
Ahora voy detrás de algo o alguien que huye por los rápidos que se han formado
en esta ciudad de terreno accidentado: y no es fluir es sólo ir persiguiendo y ya
no se trata de eso que es angustia. Me quedo sin aire: sólo persigo una forma una
presencia que me duele: una célula que se está quedando sin vida que detiene su
intercambio biomolecular y duele mucho.
Sulfatos sulfuros: cómo reducir el impacto de los excesos de los venenos, en las
palabras las cosas que dijimos, lo que terminamos haciendo: exceso de encono y
mala voluntad, imaginación desaforada: nos vale más la realidad, la percepción
de lo que hay: esta tarde te veo así en tu belleza celular y descifro los excesos de
las palabras, los colecciono, los acomodo: hermosura en ebullición: un
deshuesadero de autos: ordenados por colores, por formas, por fechas y por
eventos catastróficos ocupan el lugar que les corresponde: y sé que cada uno de
ellos es una posibilidad de abrazarte, de serenar, de limpiar la biósfera: percibo
tu respiración, recuerdo tus palabras, los pasos vacilantes de tus primeras
correteadas: resistir y refrenar en mantos acuíferos: extraer los contaminantes los
excesos y ordenarlos: que la belleza de su exceso fulgure y se transforme en otra
cosa aquí cerca o tan lejos como el palmar de dátiles de Elche o el baldío de al
lado: pienso en ti y en las cosechadoras de jazmín pienso en la forma en dibujas
en que llevas el lápiz o la pluma en que iluminas una orilla en que trazas formas
de hojas y árboles frutales.
Percibo entonces todas las reacciones metabólicas de los billones de células de la
loba que nos echa a su lomo y nos lleva bosque arriba. Respiramos juntos y la
angustia es un animal que se echa a nuestro lado y duerme.
¿El abedul y el abeto?
En tanto que científica, una mujer canadiense, se hizo la siguiente pregunta:
¿Cómo se comunicaban el abedul y el abeto?
Planteó un problema y lo resolvió con un método y un orden de investigación.
Resulta que el abedul y el abeto no sólo se hablaban en el idioma del carbono
sino en nitrógeno y fósforo y agua y en signos defensivos, en alelos químicos y
hormonas a través de redes de hongos diminutos y bacterias.
Resulta que hay familias de árboles que debajo de las ramas en su lengua de
átomos, moléculas y enlaces se convierten en formas novedosas de la vida:
fósforo, nitrógeno, carbono; que se reparten los nutrientes, que se cuidan su
crecimiento y se procuran; aunque a veces transmiten información equivocada,
es el azar y la contingencia: son las células, lo que no sabemos; por eso hay que
dejar ventanas abiertas.
La lengua de los árboles y plantas en sus voces de química orgánica inorgánica
con sus enlaces de carbono e hidrógeno y agua, nitrógeno, fósforo, viento y
energía: hablan azarosamente, y ahora recuerdo que es hermosa la forma en que
ustedes sonríen, en que ella sonríe, en que río y reímos juntos cuando el azar: es
valiente y generosa la forma en que ustedes se plantan en el mundo en que
reposan y se expanden y devienen hojas y lobos: sabemos que no estamos solos:
aunque el olor de los hidrocarburos y metanos no ha cesado en la ciudad a más
de 50 km a la redonda.